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¡NO ESTÁN SOLOS!

Entrevista con el alquimista tras el lente: Cato Kusanagi

Foto: Autorretrato de Cato Kusanagi

Cato Kusanagi, es pseudónimo de uno de los fotógrafos más extraordinarios de la nueva ola. Si bien en su portafolio cuenta con las estupendas –y típicas- fotos de paisajes y modelos, es a partir de estas “fotos típicas” de todo profesional del lente que notamos un plus tanto en el manejo de la cámara –y no me refiero al photoshop: Cato evita el photoshop siempre que sea posible-como en la forma de mirar y el mundo, y es que Cato es casi único en su género en México pues es lo que los japoneses denominan kameko, es decir, fotógrafo especializado en cosplays (el arte del disfraz tan cotizado en Asia y Europa, y tan incomprendido en Latinoamérica donde, erróneamente, se le considera “juego de niños”)

Nacido en Tlalnepantla, Estado de México, el 21 de diciembre de 1983, el jovencísimo pero ya galardonado kameko, se dedica a esto casi desde que tiene memoria… mientras otros niños de su generación jugaban Nintendo, él buscaba capturar las imágenes que lo obsesionaban: “Creo que el concepto de poder capturar una imagen, me llama demasiado la atención, más aún el hecho de poder mostrarla, no como la ven las demás personas, sino como uno mismo la capturó en su imaginación.”
El hoy considerado genio, empezó tomando fotos en fiestas familiares con la clásica cámara compacta de rollo…pero casi podría jurar que aún entonces, Cato sorprendía con su “forma de mirar”. Actualmente se denomina un apasionado de la tecnología, lo cual va más allá de su actividad artística. No por nada ejerce la profesión de ingeniero en sistemas y, por supuesto, es un apasionado de los videojuegos, que también son fuente de inspiración para los cosplayers, es decir, quienes practican el arte del disfraz: “Pude obtener una cámara para mi sistema de videojuegos portátil (Game Boy Camera). Esa fue digamos mi primer cámara digital, aunque muy muy limitada, pero al graduarme del nivel medio superior me regalaron una cámara digital, (de aquellas incipientes, de 2 megapixeles). Fue ahí cuando en verdad pude tomar todas las fotos que quería sin limitaciones.”
Ya entonces, Cato era asiduo a las convenciones de anime-manga-comic y terminó fascinado con el arte del cosplay, kosopure en japonés: “He de confesar que me disfracé también…en más de un par de ocasiones –sonríe tímido-, ¡es muy divertido!... pero al mismo tiempo llevaba mi cámara para fotografiar a los demás cosplayers, era algo así como un "kamekosplayer". Como te imaginarás fui adentrándome cada vez más en el cosplay, y alguna vez, buscando fotos de en internet para ver cómo era este concepto en otros países, me encontré con fotografías espectaculares, tanto en vestuario como en calidad fotográfica. Noté, además, que aquí en México no había nada similar, aunque siempre han existido cosplays sgeniales… lo que les faltaba era ser fotografiados con esa calidad.”
Fue entonces cuando un golpe de suerte le brindó la oportunidad de comprar una cámara réflex, “fue así como deje de ser cosplayer (o kamekosplayer) y me convertí en kameko”.
¿Qué problemas acarrea a un fotógrafo de tu disciplina, dedicarse en exclusiva a la fotografía de cosplays en México?, pregunto al joven fotógrafo: “No creo que tenga muchos problemas si te dedicas en exclusiva a ella, al contrario, creo que te libera de muchos apuros al no "tener" que dedicarte a otro tipo de fotografía. El único inconveniente que se me ocurre sería el poder conseguir el equipo fotográfico, pienso en 2 razones principalmente: el fotografiar cosplay es algo que se hace mas por gusto que por "negocio", ya que los cosplayers precisamente se disfrazan por hobby y no existe, digamos, un "campo profesional", como en el modelaje para revistas o la fotografía de producto, por tanto, el fotógrafo de cosplay no tiene un "campo laboral" lo que hace que la adquisición del equipo fotográfico corra por cuenta propia.”
“En segunda, la fotografía en si es muy costosa, las cámaras profesionales y semi-profesionales, los accesorios para la cámara, lentes, filtros, flash, estudio, etc. Hay un sin fin de cosas que uno pudiera llegar a necesitar y los precios de todo ese equipo está por las nubes. En varias ocasiones he escuchado o leído que si no te dedicas profesionalmente a la fotografía, es un poco disparatado gastar tanto en equipo ya que sería eso, un gasto y no una inversión”
Pero aunque Cato pareciera no considerarse “profesional”, por lo mismo que no existe en México una profesionalización del arte del cosplay, lo cierto es que su talento empieza a cruzar fronteras. Y en buena medida su éxito tiene que ver con su “buen ojo” para captar aquellas imágenes que lo seducen (y él sabe perfectamente qué es lo que lo seduce de esa imagen): “Me fijo mucho en la semejanza del cosplayer con el personaje. La actitud y representación del personaje cuenta muchísimo, pero si en un salón lleno de cosplayers hay alguno particularmente llamativo, ya sea por el material, el brillo del traje, el tamaño, los colores, ése es el que llama a la cámara.”
Entre sus mayores influencias, Cato señala que quien más contribuyó a que desarrollara un instinto particular para este arte, fue el japonés Maboroshi, “él es administrador y fotógrafo del (desaparecido) sitio web www.risingsun.net . Sus fotos fueron mi inspiración. Con el paso del tiempo he ido descubriendo mas kamekos geniales, entre ellos Kyle Johnsen (fotógrafo y administrador del sitio cosplay.com, el más famoso a nivel mundial, y el coreano Burm-Seon Lee. Otros mas que sigo son "behindinfinity", "shiroin", "hexlord" y “christophgerlach " que son sus pseudónimos en "deviantART", sitio por el cual estoy al tanto de su trabajo fotográfico en cosplay.”
“Y pasa aquí algo interesante –prosigue-: Aunque son mis principales influencias, no han marcado del todo mi estilo: Jean-Sebastien Monzani, de Suiza y Widjita RM de Indonesia, son dos de mis retratistas favoritos que poco o nada tiene que ver con el cosplay. La forma en la que lucen sus fotografías es única, y precisamente me encantaría poder llegar a tomar fotos de ese estilo pero con cosplayers. En general, siempre que veo una fotografía hermosa no necesariamente retrato, tal vez un impresionante paisaje o incluso de algún otro estilo, me pregunto ¿Cómo se vería un cosplayer en esa foto? Y comienzo a imaginar nuevas posibilidades, ideas, tomas, ángulos, locaciones, etc. Para aplicar a la fotografía de cosplay eso que veo y luce tan genial.”
Cuando no está tras las cámaras, Cato sigue aprendiendo: lee mucho y experimenta nuevas técnicas. En ese sentido se considera autodidacta
¿Qué haces cuando no estás detrás de las cámaras?: “Estaba en el último año de ingeniería en sistemas y no disponía de un horario flexible que me lo permitiera debido al servicio social, clases a lo largo del día y trabajo terminal (similar a una tesis, pero este consiste en un proyecto de 1 año para titularse). Así que tuve que arreglármelas solo; al inicio fue difícil, sin embargo tenemos la suerte de contar ahora con internet, que pésele a quien le pese, es un mundo de infinita información a nuestro alcance, y buscando uno puede encontrar lo que sea, lo único que hace falta son ganas de aprender. Tampoco estaba totalmente "en cero", ya que por la formación que tenía de la carrera no fue difícil entender la parte "digital" de la fotografía, es decir, la forma en la que el sensor toma la luz, la procesa, y la registra en forma de bits, etc, y así pude enfocarme más a aprender la forma en la que la cámara captura esa luz (en donde si es lo mismo para la fotografía analógica y digital). Seguramente es por eso que algunos fotógrafos profesionales aseguran que sin una formación académica en fotografía no es posible lograr resultados de alta calidad. Yo opino diferente, ya que finalmente (en clase o no) estás aprendiendo fotografía, aquello que alguien ya descubrió o inventó y los métodos y técnicas usados en la fotografía actual (que es lo que uno aprende en clases o cursos), ¿Por qué no descubrir nuevas formas? Incluso inventar las propias con base en la experimentación y estudio serio de los resultados obtenidos.
Le pido a Cato que les diga algo a los lectores que consideren el cosplay como algo “frívolo”: “Es algo hermoso, tanto para quien lo hace como para quien lo captura en una fotografía. Mi parte favorita del cosplay es poder ver materializados a mis personajes favoritos de anime y manga, ya que no solo es disfrazarse del personaje sino adoptar su personalidad. Es genial encontrarte de repente a un personaje que te gusta o con aquel personaje del cual creías que nadie haría su cosplay, eso es algo admirable de los cosplayers, que no importa que tan difícil sea el traje, siempre se las arreglan para realizarlos. Cada vez quedo mas sorprendido con lo que la imaginación de los cosplayers es capaz de lograr.”
“La meta del cosplayer es representar fielmente al personaje en la vida real con el mayor parecido posible y la tarea del kameko es encontrar los mejores ángulos, captar todos los detalles y sobre todo hacer que la foto se vea "viva" para que el cosplayer la vea y recuerde gratamente el momento en el que "fue ese personaje"
¿Qué características debe poseer un cosplay para ser considerado una obra de arte?, pregunto a Cato: “Creo que algo indispensable es la selección de los materiales, dependiendo del personaje y del tipo de dibujo o ilustración, deberán ser los materiales a utilizar para su elaboración. Tan importante que, incluso, considero necesario el uso de diferentes materiales para un personaje que tenga diferentes versiones (dependiendo de cada una). Además de esto, el cuidado milimétrico en cada detalle, he sido testigo de cosplayers y cosmakers (quienes solo se dedican a elaborar cosplays), que al hacer un cosplay muy difícil se la pasan cosiendo a mano en el traje joya por joya, detalle por detalle; pintando figuras o patrones a mano o con moldes exactamente en la posición donde deben estar y haciendo armas con proporciones en tamaño y parecido en acabados idénticas a las que deben ser, no importando si se llevan meses o incluso más de un año en su elaboración. Los resultados suelen ser verdaderas obras de arte.”
Cato señala que el mayor golpe de suerte de su vida, fue empezar a colaborar para una revista de cosplay, justo en el momento en que adquirió su cámara réflex, “era un proyecto nuevo con varios amigos y eso me "obligó" a aprender rápido. Y precisamente con esta revista de cosplay comenzaron los viajes a convenciones en otros estados de la república, creo que fue el comienzo perfecto para mi "aventura de kameko" incluso a veces pienso en esto como un buen anime o manga: "La historia de simple kameko de convenciones, al cual le apasiona el cosplay y la fotografía, y un día inspirado en una gran foto del mejor kameko del mundo, decide comenzar su viaje fotografiando cosplay en todos los lugares que visita, así aprenderá nuevas técnicas, conocerá amigos, encontrara enemigos, amores y desamores cosplayeros y superará las dificultades para lograr su más grande sueño: ir a Japón a fotografiar el evento mundial de cosplay y llegar a ser un kameko reconocido mundialmente..." jajaja, ok, ok, pero por el momento dejemos la imaginación a un lado y pongamos manos a la obra…”
Actualmente, Cato Kusanagi es el fotógrafo oficial del PROYECTO H libro que dramatiza las mejores escenas del anime Hellsing y cuyas regalías serán donadas en su totalidad a los niños supervivientes del incendio de la Guardería ABC que requieren una atención hiperespecializada que los gobiernos Estatal y Federal se han rehusado a brindarles.
En exclusiva para los lectores de Quixote-Se kai, una probadita de lo que será el libro Proyecto H: Ramón I. Martinez caracterizado como Monseñor Enrico Maxwell: "Commence la Riconquista"