A los padres de los bebés víctimas de la impunidad y la avaricia les recordamos...

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¡NO ESTÁN SOLOS!

El pistolón de Integra


Por: Eve Gil
Para Lina Zerón

Bueno, me dijo una querida amiga cuando puso en mi mano una pistola que todavía no sé si fue obsequio o préstamo, pero yo cuido como si fuera una joya, Sir Integra merece algo mejor que una pistolita de juguete con rayo láser.
Y esa pistola de gas, bastante pesada, con apariencia realista, me acompañó fielmente durante mi participación en las fotos para el libro del Proyecto H...y decidí me acompañara una vez más esta ocasión, en que me lancé a LA MOLE (16,17 y 18 de julio de 2010) para convivir con los lectores y lectoras de "Sho-shan y la dama oscura" que se han convertido también en mis amigos y maestros en el arte del cosplay, y son de las más diversas edades.
Pues llego con mi pistolón en el bolso, muy mona, muy orgullosa...no solo porque el pistolón, que es digno de Sir Integra Fairbrook Wingates Hellsing, es bastante apantallador, sino porque, aunque parezca cuento, me costó mucho, pero mucho trabajo manipularla. No todo mundo coge un arma del mismo modo. Lo mismo ocurre con los personajes de anime, y pues Integra es zurda y dispara con el arma boca abajo, y al principio me resultaba harto difícil, lo mismo que fumar un puro....ahora domino ambos, ¿saben para qué?
1.- Me han prohibido encender el puro en TODOS los lugares donde he presentado Sho-shan, incluidas las locaciones del libro del Proyecto H. Todo este tiempo he actuado con un puro apagado.
2.- Para que me confundan con terrorista, justo como sucedió hoy.
Los señores del equipo de seguridad de este evento, quién sabe si por ordenes superiores o por mero prejuicio, solo revisan los morrales ostentosos que sean acarreados por jóvenes del sexo masculino. Suponen que las niñas son totalmente incapaces de introducir algún estupefaciente o granada, o qué sé yo. Y yo acarreaba un bolso pequeño y de buena marca...y dentro solo portaba mi pistola de gas (sin gas) y mi cámara fotográfica. Claro está, con una bolsita tan chiquita y de aspecto costoso, y con finta de gringa mormona, pues no desperté la mínima sospecha en el gendarme que esculcaba los morrales de los Narutos, Gokus, Alucards, Inuyashas y otros personajes conocidos por su carácter peleonero.
Una vez dentro, cuando el público empezó a solicitarme fotos, y yo juguetonamente les preguntaba: ¿con pistola o sin pistola?, la respuesta unánime era: ¡Con pistola! ¡Pero claro!, Integra sin puro y sin pistola...¡No es Integra Hellsing!, pues ahí me tienen, extrayendo aquella arma kilométrica y temible de mi pequeño bolso y manipulandola con experiencia similar a la de Fernando Valenzuela -por citar a un zurdo célebre-. En una de esas, mientras posaba entre un chico disfrazado de un personaje de Vocaloid y una Sakura Card Captor simpatiquísima, siento que me pican el hombro como si me lo quisieran horadar, es decir, no era el picoteo tímido de los que te piden tomarse foto contigo, y no voltee hasta que no quedó la foto pese a la insistencia de esta persona. Finalmente la encaré y solo vi una cara de mujer sobre la mía, como si me quisiera besar o morder, exigiéndome saber, con esa amabilidad y dulzura que caracteriza a las guardianas de la ley: Oiga usted, ¿esa pistola es de verdad?
Nótese lo absurdo de la pregunta, formulada por una mujer policía. Eso sin contar que el arma podría haber no haber sido apócrifa -digo, si la susodicha era tan inexpera para no reconocer una pistola real de una que lo parece- y yo, hipotética terrorista, desatar allí mismo tremenda balacera que hiciera palidecer al anime más violento. Me pareció tan estúpida, que simplemente le respondí: Ah, sí, claro, y tiene balas de plata de la Catedral de Lancaster, y se la pasé ante los ojos, por detrás y por delante.
La poli se retiró, supuse, convencida de que había entendido que la había cagado y continué cediendo, encantanda, a las peticiones de posar con mi pistolón. Diez minutos más tarde, mientras posaba con Alicia en el País de las Maravillas, se nos acerca un hombretón balanceándose con aires de matón de película de los Hermanos Almada, y sin más me exigió ver mi pistola porque "alguien" le había notificado que en el tercer piso había "una persona" posando entre Sakuras y Sailor Moons con un arma de aspecto peligroso. A este ni siquiera le mencioné lo de la Catedral de Lancaster porque habría pensado que le hablaba de una calle de la Zona Rosa, y simplemente le tendí la pistola diciéndole: Oiga, en serio....¿Es policía y no sabe distinguir un arma real de una que parece real?
A continuación me dió una extensa lección de que sí sabía distinguirlas y que se puede resumir con las siguientes palabras: las armas de juguete portan un sellito color naranja en el cañón, y me puso como ejemplo tremendo rifle de plástico que acarreaba un niño cosplayeado. Tras fingir que su explicación me había impresionado, el señor se alejó con el mismo bamboleo amenazante, en busca de algún otro sospechoso a quien molestar.
Así, pues, si un terrorista quiere entrar en un lugar de estos a perpetrar una masacre con un arma verdadera, solo tiene que pintar de color naranja el cañón para no despertar sospechas.
Pero las guardianas del orden que cuidaban los baños de mujeres, y que seguramente tenían experiencia previa en el reclusorio de Santa Marta, se la pasan fastidiando a cualquier chica que pretenda arreglarse el disfraz ante los espejos. Una me llamó la atención nada más porque me miré al espejo para acomodarme el lente de contacto, "¡Está prohibido disfrazarse aquí!", "Ya vengo disfrazada", le dije, e insistió, "¡Está prohibido maquillarse!", "Pues no me estoy maquillando, estoy revisando mis lentes de contacto, ¿también eso está prohibido?" Precisamente hoy me tocó ver como una Lolita Gótica que se retocaba los labios en el espejo, era arrojada por una de estas mujercitas amargadas y misóginas.
En fin....que en este país de aguafiestas siempre habrá quien te fastidie cuando te estás divirtiendo sanamente.

PD: Empieza a preocuparme cual será la reacción de estos señores y señoras cuando llegue la hora de cambiar a Integra por la Cardenala Caterina Sforza -el personaje que se encargará de presentar Sho-shan II-; puede ocurrir cualquiera de estas dos 1) que se arrodillen a besar mi mano y soliciten mi bendición o 2) que me acusen de herejía y faltas a la moral por hacer cosplay del Señor Cardel Rivera Carrera.

Conoce al Padre Anderson (Horacio Castelo) en su faceta de actor


Video de la cantante grupera Graciela Beltrán, "No me pregunten por él". Horacio (el Padre Anderson) interpreta al guapo que mandan... al diablo.
Nota: la foto del actor no pertenece al libro Proyecto H y fue tomada por Eve Gil